La
cotidianidad y monotonía en la ciudad se ve alterada de un momento a otro en el
cual se aglomera grandes cantidades de personas entre porras, mantas y carteles
con las que manifiestan su demandas; que a un primer nivel se trata de
condiciones de vida y al acceso a los servicios colectivos (escuelas,
hospitales, seguridad etc.)
Se
comprende a los movimientos sociales urbanos como una serie de actos y situaciones
de la vida cotidiana cuyo desarrollo y características dependen estrechamente
de la organización social general. De este modo se da a notar que la exigencia
social histórica radica en una serie de derechos de la vida.
La
existencia de ciertas contradicciones por el proceso de consumo colectivo
determinan la presencia masiva y necesaria del Estado en el tratamiento y la gestión
de los problemas urbanos, la planificación urbana es el medio para superar las
contradicciones; pero siendo el Estado representante de los intereses de la
clase dominante, esta planificación no es un instrumento de cambio social sino de
dominación, integración y de regulación de las contradicciones, dejando así a
los movimientos sociales como los únicos procesos de cambio social.
La
problemática de los movimientos sociales urbanos se sitúa en dos vertientes:
cambio de los modos de producción colectivo y la aprehensión de las nuevas
contradicciones de la sociedad industrial, económica y política.
La emergencia de los movimientos
sociales urbanos en las sociedades industriales capitalistas
Manuel
Castells
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