Émile Durkheim:
Morfología social y ciudad
La ciudad como
territorio natural en el cual se propicia el tránsito de la solidaridad
mecánica la orgánica, mediante la cual se impone la presencia de esta gran
protagonista de la vida moderna: la división social del trabajo.
El primero de los
fenómenos urbanos son las formas desviadas de la conducta social. Resultantes
de la alienación y la despersonalización.
Consecuencias negativas
de la división del trabajo: patologías urbanas como suicidio, divorcios, vicio,
delincuencia, etc.
La ciudad como expresión
de ciertos fenómenos sociales.
La concentración
espacial se traduce en una exaltación de los sentimientos colectivos, en la
medida de que los hombres tienen la posibilidad de una mayor proximidad y de
una intensificación del contacto social.
La ciudad en este
contexto, es por definición el lugar propio de la división del trabajo.
Esta situación origina un doble incremento: la densidad material (población) y
la densidad moral que se muestra en un incremento de las interacciones y de los
vínculos que resultan de una población altamente concentrada.
La ciudad es concebida
como un ámbito que posibilita el progreso social motivado por la división de
trabajo y como deterioro de la condición humana.
En “El suicidio” (1897)
pretende encontrar las causas sociales de esta forma de conducta patológica que
se presenta en mayor medida en la vida urbana. El problema central es la de la
integración social y de sus fayas para lograr la cohesión del grupo y del
individuo. A menor integración, mayor es la tasa de suicidios en la ciudad.
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