7 de agosto de 2015

Segunda parte


Mujer

Mientras caminaba detrás de aquella mujer, observaba que el cielo comenzaba a despejarse, todas las calles se encontraban húmedas y con charcos de agua, los sonidos de lo que parecían provenir de maquinas de limpieza y camiones de basura haciendo su trabajo a esas horas iban disminuyendo. Caminamos un par de calles hasta llegar a un edificio blanco de tres niveles en la cual se encontraban un grupo de jóvenes de entre 20 y 30 años.  

Aquella mujer se adelanto para conversar con ellos, era evidente que se trataba de mí, pero no logré escuchar exactamente en qué sentido, hasta que todos volvieron la mirada a donde yo me encontraba. Uno de ellos dijo en vos alta que podía quedar en cualquiera de los coches que se encontraba cerca de aquella casa. Parecía que esos autos estaban abandonados, en algunos les hacía falta llantas, en otros vidrios; incluso no contaban con asientos.

Pero claro, no me iba a poner exigente, ya había hecho mucho aquella mujer por llevarme con ellos, como para demandar lujos. Estaba ya por entrar en uno de los autos cuando escuche que alguien dijo que no era correcto quedarme en aquel lugar, así que me invito a entrar a la casa y quedarme dentro de ella. Para ese momento aun se encontraba cerca la señora que me encontró, la cual al darse cuenta de mi inseguridad la escuche decir: “Tranquilo, puedes confiar en ellos”.


Definitivamente le debo la vida a aquella mujer, y ahora que lo pienso, ni siquiera conocí su nombre. Tal vez desde ese momento los nombres no me han parecido importantes, por lo que no me esfuerzo en memorizarlos. Me quedo con los rostros, pero sobre todo con las experiencias que he compartido con cada una de las personas que he tenido la oportunidad de conocer.  


5 de agosto de 2015

Primera parte


Comienzo

Con la finalidad de realizar un ejercicio de autoconocimiento e identificar las diferentes etapas de una vida peculiar. Presentar; en grandes rasgos, una descripción de los acontecimientos relevantes que la caracterizan incluyendo reflexiones y aprendizajes. La relevancia de compartir estas experiencias y contribuir a la reflexión humana sobre situaciones que se presentan durante el transcurso de nuestras vidas, he redactado las siguientes páginas.

Cuando los familiares, que compartieron mis primeros años de vida comentan sobre mi en una situación relevante para ellos, en muchas de estas ocasiones, me parece sorprendente el simple hecho de que lo recuerden mientras que yo no cuento con la certeza de poder afirmarlas y al darlas por desconocidas estos familiares concluían en que yo mismo decidí olvidar.

Las constantes búsquedas dentro de mi memoria para identificar las situaciones descritas por la familia generaban cierta frustración hacia mi persona por no ser satisfactorias: ¿Acaso serán ciertas? ¿Qué tan verídicas son? ¿Esos relatos contenían algún tipo de exageración? Sin poder establecer alguna respuesta definitiva tomaba la decisión de dejarlo pasar, negando así mi necesidad de conocer la verdad de mi pasado y como esta influyo en mi situación, para ese entonces, actual.

Como cuando inflas un globo sin estar consciente de su límite de resistencia, un primero de junio desperté sin soportar con toda la acumulación de pensamientos, acciones y situaciones que desbordaron en una crisis existencial la cual me orillo a tomar una de las decisiones más complicadas de mi vida: Escapar. Esta última palabra, en el momento de escucharla, tal vez puedas relacionarla con encierro, reclusión o aislamiento; ciertamente, es así como me sentía.
En el momento en el que volví la mirada para permitirme identificar aquellos atributos con los que contaba mi propia persona así como aquellos que me rodeaban, me encontraba caminando solo y sin rumbo entre las calles y avenidas de la Ciudad de México en una noche lluviosa lamentándome por no haberlo considerado dos veces, ¿Qué si me moje? Claro; y demasiado, pero eso era el menor de mis preocupaciones.

Era para entonces muy tarde, no tenía conocimiento certero de en donde me encontraba ni que es lo que iba a hacer, por lo que me hice bolita abrasando una mochila, la cual contenía una libreta, un par de plumas y un lápiz, entre unos muros bajo un altar de una Virgen (la cual no recuerdo) que se encontraba dentro de un pequeño parque. En ese espacio había trozos de cartón en el suelo, por lo que deduje que era el lugar de otra persona, pero eso no me importo, ni siquiera en el momento en el que escuche venir pasos hacia mí, abrí poco y lentamente los ojos por lo que solo vi un par de zapatos negros y un pantalón café sucio y un poco mojado en la parte de abajo.

Durante unos segundo esa persona se quedo frente a mí, yo fingí estar dormido, y después se fue. Recuerdo estar aliviado porque no me corrió de ese lugar, consideré que el peligro, si es que lo había, habría pasado. Un par de minutos después volví a escuchar pasos de otra persona acercándose a mí, en este caso de una mujer, ella me movió levemente con la finalidad de despertarme.

¿Qué haces aquí? ¿Dónde está tu familia? Fueron preguntas que aquella señora de una edad avanzada emitió reiteradas veces; y yo, sin dar respuesta alguna. Ella me invito a acompañarla, en ese momento me negué por no estar seguro de ser una persona con la que pueda confiar. Ella comprendió rápidamente, me miro a los ojos y dijo: no te preocupes; no te haré daño. Y acepte ir con ella.


Desde ese momento y durante 48 días, estuve inmerso en una dinámica social completamente diferente a la que estaba acostumbrado, una gran prueba que no he podido olvidar y es porque no tengo razones para hacerlo… ¿Acaso, cuando era un niño, tuve razones para olvidar?


3 de agosto de 2015

Aviso

Saludos mis queridos lectores y lectoras, antes que nada quiero agradecer su preferencia, me da mucho gusto conocer su comentarios y sus observaciones en cuanto a los contenidos de este pequeño espacio y los invito a que continúen realizándolos, de manera privada como pública. 

He de comentarles que hace algún tiempo he comenzado redactar una especie de Auto-biografía, resultado de un curso al que tuve la oportunidad de asistir, y me gustaría compartirlo desde este espacio, por lo cual, en esta semana publicaré las primeras dos partes. 

¡Espero sea de su agrado!