14 de octubre de 2015

3 Jóvenes


Después de indicarme hacia dónde dirigirme, entré por primera ves en aquel lugar que durante 48 días seria un tipo de hogar. Aquella casa a simple vista parecía abandonada, como  nadie viviera en ella, pero con el paso del tiempo me percaté que no estaba en lo correcto y que además tenía una razón de estar en esas condiciones. Subí las escaleras hasta el último nivel, tal y como me lo habían indicado, y entré por la puerta que se encontraba abierta. Caminé hacia el fondo y encontré un cuarto en la que había una serie de cobijas, sabanas y almohadas sobre varias esponjas que acaparaban gran parte del cuarto...

Realmente no sabía qué hacer, si tomar una de las esponjas y quedarme en uno de los rincones del departamento o quedarme dentro del cuarto en donde se encontraban todas las cobijas, tome primera opción. Una las características mas evidentes del departamento era la considerable ausencia de limpieza y orden, ya que por donde miraba; encontraba basura, polvo e incluso restos de comida. Pero como lo he mencionado ya, no iba a demandar lujos.

Fue así como termine hecho bolita cubierto con una cobija sobre una esponja dentro de aquel departamento en donde se escuchaba débilmente el sonido de los jóvenes, hombres y mujeres, conversando a esas horas de la noche. Poco a poco comencé a sentir cada vez más pesados los parpados hasta quedarme completamente dormido.

Desconozco aproximadamente cuanto tiempo logre estar dormido hasta que un joven me despertó con el pie, preguntándome el por qué decidí quedarme en aquel rincón, recuerdo que no le respondí hasta que pregunto: -¿tienes hambre? ¿Te gustaría comer algo?- yo asentí con la cabeza por lo que él me dijo: -ven, vamos abajo-

Cuando salimos de la casa aun se encontraba el grupo de jóvenes que había visto al llegar, todo ellos se encontraban conversando mientras comían. El joven con el que baje del departamento me comento que me podía servir lo que quisiera mientras señalaba un par de bolsas de plástico que se encontraban sobre la parte delantera de un auto, al acercarme identifique las tortillas que se encontraban envueltas con el papel que te entregan en cualquier tortillería, una bolsa de carne y otra de lo que parecían chiles en rajas.

Las tortillas se encontraban tibias y un poco tiesas de las que había estado acostumbrado a comer, sin embargo no mencione nada al respecto, solo tome una tortilla, y en ausencia de una cuchara, tome con la misma un pedazo de carme. Repetí la acción como unas tres veces mientras observaba que aquellos jóvenes jugaban y reían con mucha tranquilidad, pues a mi parecer se llevan bien.

Al terminar, le comente al joven que estaba lleno y que ya me iba a subir, él dijo: -está bien- además me comento que podía quedarme en el cuarto en donde se encontraban todas las cobijas, afirme con la cabeza, y camine hacia la casa, al llegar al departamento tome las cosas que había agarrado previamente y las deje en su lugar, mientras que yo, decidí recostarme en uno de los extremos de la gran cama.



Considero que el haber experimentado todos esos escenarios, sin mencionar la gran confusión emocional de la que aun sufría por abandonar la casa de mi madre, me dejo completamente agotado. Llore demasiado en tan poco tiempo, una cantidad de recuerdos giraban con tanta fuerza en mi cabeza, además de una mezcla demasiado incomoda de arrepentimiento, incertidumbre y miedo, por lo que no tarde en dormirme, sin antes agradecer el que me haya encontrado con aquellas personas que sin conocerme no dudaron en ayudarme.


No hay comentarios: