Después de indicarme hacia dónde dirigirme, entré por
primera ves en aquel lugar que durante 48 días seria un tipo de hogar. Aquella
casa a simple vista parecía abandonada, como sí nadie viviera en ella, pero con
el paso del tiempo me percaté que no estaba en lo correcto y que además tenía
una razón de estar en esas condiciones. Subí las escaleras hasta el último
nivel, tal y como me lo habían indicado, y entré por la puerta que se
encontraba abierta. Caminé hacia el fondo y encontré un cuarto en la que
había una serie de cobijas, sabanas y almohadas sobre varias esponjas que
acaparaban gran parte del cuarto...
Realmente no sabía qué hacer, si tomar una de las
esponjas y quedarme en uno de los rincones del departamento o quedarme dentro
del cuarto en donde se encontraban todas las cobijas, tome primera opción. Una
las características mas evidentes del departamento era la considerable ausencia
de limpieza y orden, ya que por donde miraba; encontraba basura, polvo e
incluso restos de comida. Pero como lo he mencionado ya, no iba a demandar
lujos.
Fue así como termine hecho bolita cubierto con una cobija
sobre una esponja dentro de aquel departamento en donde se escuchaba débilmente
el sonido de los jóvenes, hombres y mujeres, conversando a esas horas de la
noche. Poco a poco comencé a sentir cada vez más pesados los parpados hasta
quedarme completamente dormido.
Desconozco aproximadamente cuanto tiempo logre estar
dormido hasta que un joven me despertó con el pie, preguntándome el por qué decidí
quedarme en aquel rincón, recuerdo que no le respondí hasta que pregunto: -¿tienes hambre? ¿Te gustaría comer algo?-
yo asentí con la cabeza por lo que él me dijo: -ven, vamos abajo-
Cuando salimos de la casa aun se encontraba el grupo de
jóvenes que había visto al llegar, todo ellos se encontraban conversando mientras
comían. El joven con el que baje del departamento me comento que me podía
servir lo que quisiera mientras señalaba un par de bolsas de plástico que se
encontraban sobre la parte delantera de un auto, al acercarme identifique las
tortillas que se encontraban envueltas con el papel que te entregan en
cualquier tortillería, una bolsa de carne y otra de lo que parecían chiles en
rajas.
Las tortillas se encontraban tibias y un poco tiesas de
las que había estado acostumbrado a comer, sin embargo no mencione nada al
respecto, solo tome una tortilla, y en ausencia de una cuchara, tome con la
misma un pedazo de carme. Repetí la acción como unas tres veces mientras
observaba que aquellos jóvenes jugaban y reían con mucha tranquilidad, pues a
mi parecer se llevan bien.
Al terminar, le comente al joven que estaba lleno y que
ya me iba a subir, él dijo: -está bien-
además me comento que podía quedarme en el cuarto en donde se encontraban todas
las cobijas, afirme con la cabeza, y camine hacia la casa, al llegar al departamento
tome las cosas que había agarrado previamente y las deje en su lugar, mientras
que yo, decidí recostarme en uno de los extremos de la gran cama.
Considero que el haber experimentado todos esos
escenarios, sin mencionar la gran confusión emocional de la que aun sufría por
abandonar la casa de mi madre, me dejo completamente agotado. Llore demasiado
en tan poco tiempo, una cantidad de recuerdos giraban con tanta fuerza en mi
cabeza, además de una mezcla demasiado incomoda de arrepentimiento, incertidumbre
y miedo, por lo que no tarde en dormirme, sin antes agradecer el que me haya
encontrado con aquellas personas que sin conocerme no dudaron en ayudarme.
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