Karl Marx:
La ciudad industrial
Concibe a la ciudad
desde la perspectiva de la división del trabajo y de las contradicciones que de
esta derivan en relación con el campo.
Las interpretaciones de
la ciudad y su contraparte, el campo, dan cuenta de su intento por ubicarlos
como la expresión de la forma más antigua de la división del trabajo.
La relación entre la ciudad y el campo vista desde la perspectiva
de la división funcional del trabajo, tiene que ser concebida en términos de
oposición, en medida que expresa una forma desigual de la distribución de los
excedentes creados en un territorio no urbano.
Esta contradicción Marx
la considera propia de la sociedad capitalista.
La relación
contradictoria e incluso antagónica de la ciudad y el campo de la naturaleza
divergente que pudieran tener los modos de producción asentados en estos
ámbitos territoriales.
La ciudad no es vista
como negación de la evolución humana, sino también como imagen de una tendencia
civilizadora mediante la cual las etapas de la barbarie procedentes y la
denigración material y espiritual de la vida rural pueden ser superadas.
La ciudad actúa y favorece a la toma de conciencia y la
solidaridad.
La ciudad emerge como la
gran fabrica en donde se produce el transito del obrero individual al obrero
colectivo que caracteriza la etapa en la cual el modo de producción capitalista
se constituye como tal.
Hace emergente en
problema de la vivienda como un indicador más de la manera de la manera en la
que operan las leyes de la acumulación capitalista. También analiza cómo se va
diluyendo la relación con la tierra y la del grupo familiar.
La casa del obrero se convierte en la fábrica capitalista, como lo
demuestra la proliferación del trabajo domiciliario.
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