19 de julio de 2016

Acciones de Prevención: Cuando Maneja

No coloque en su auto calcomanías que permitan identificar dónde vive Ud., dónde trabaja, qué lugares frecuenta, a qué universidad concurre. Esto se puede usar contra Ud.

Mantenga los vidros siempre cerrados, o muy poco abiertos para permitir solamente la entrada de aire. Las puertas deben estar siempre trabadas.

Si observa por el espejo retrovisor que las personas del auto de atrás tienen aspecto sospechoso, no se detenga. Diríjase a un lugar concurrido, preferiblemente donde haya policías o personal de seguridad. Si la intención era asaltarlo, esas personas no lo seguirán.

Si esto ocurre de noche o en lugares desiertos “nunca” se detenga, aunque no desconfíe de los ocupantes de otro auto.

Si se poncha una llanta de noche, o en lugares poco concurridos, no pare. Conduzca hasta un puesto o un lugar concurrido.

Es preferible sufrir perjuicios en el vehículo antes que correr el riesgo de ser asaltado.

Los abordajes a un vehículo sólo son posibles si el vehículo está detenido. Un delincuente nunca trata de abordar un auto en movimiento. Por eso evite en todo lo posible detenerse. Estando parado Ud. se vuelve un blanco muy fácil.

Por más inhumano que parezca, no se detenga para ayudar a alguien de noche o en lugares poco concurridos.

Llame por teléfono a la policía (066) y dé los datos sobre el lugar donde está la persona que necesita ayuda. No deje de ayudar, pero no se detenga.

Los delincuentes utilizan mujeres y chicos para tender emboscadas.

Al entrar al vehículo póngalo en marcha, trabe la puerta y parta inmediatamente. Recién después póngase el cinturón de seguridad, encienda la radio, acomode objetos, etc.

Cuanto más tiempo permanezca detenido, mayor será el riesgo de un abordaje.

El delincuente no quiere tener sorpresas desagradables. Por lo general elige los blancos más fáciles. Por eso, los vidrios polarizados pueden inhibir la acción de los asaltantes.

Si Ud. piensa que lo está siguiendo otro vehículo no altere su forma de manejar.

Diríjase a un puesto policial o un lugar concurrido donde haya personal de seguridad o policías.

Nunca detenga el vehículo ni trate de protegerse en estaciones de servicio, porque éstas son poco concurridas y los delincuentes las conocen bien.

Al llegar a su casa, antes de detener el auto observe la calle, lugares donde se puedan esconder personas, árboles cercanos, etc. Si nota la presencia de alguien sospechoso no se detenga.

Evite las rutinas. Procure diversificar sus caminos y si es posible sus horarios de salida y de llegada.

No descuide el mantenimiento de su vehículo. Mantenga en condiciones los neumáticos, los faros, el sistema eléctrico, las trabas, el motor, la batería, etc. Esto evitará fallas que le obliguen a detener el vehículo. Estas fallas pueden ocurrir de noche y en lugares desiertos.

Si ocurre esto y no puede evitar detenerse, trate de resolver el problema lo más rápido posible y salir del lugar peligroso. Tenga siempre a mano los teléfonos de remolques. El celular es una herramienta sumamente útil. Tenga uno y asegúrese de que funcione sin dificultades.



Parado en el Semáforo

Evite las compras en los semáforos. Aunque el vendedor no sea un ladrón, Ud. se distrae, abre el vidrio y se expone.
Los ladrones usan chicos para preparar el asalto. El chico se acerca para pedir dinero o vender algo, y observa el interior del vehículo buscando portafolios, computadoras, carteras, celulares u otros objetos de valor. Si el auto es interesante el chico pega un chicle en el lateral o en el paragolpes trasero. En el siguiente semáforo el delincuente observa los autos marcados y sabe que allí hay una oportunidad de robo.
Coloque portafolios y computadoras en la cajuela.
La cartera debajo del asiento o en la guantera.
Coloque el celular a mano.
Si debe detenerse mantenga siempre la primera marcha puesta.
Si sospecha de algo procure quedar pegado al lado del auto a su izquierda, con lo que no deja espacio para el abordaje.
Esté atento a todo lo que ocurre a su alrededor. no se distraiga.
La sorpresa es la principal arma del delincuente.


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